Leyenda del aura blanca

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El Padre Valencia, religioso de la Orden Franciscana, gozaba de gran cariño en la ciudad porque se presentaba como mediador en las discordias entre vecinos y era un consejero de la población.

En aquella época existía un gran atraso en la medicina, por lo cual existían decenas de enfermedades de las que no se conocían sus causas y mucho menos sus curas. Además era notable la falta de atención del gobierno colonial por lo que los enfermos de lepra y otras enfermedades de la piel eran maltratados y proliferaban por las calles  de la Villa, por lo que el sacerdote comprendió que la solución era construir un hospital. Un buen día amaneció con la jaba al hombro  y comenzó a pedir limosnas de puerta en puerta con el fin de lograr tan hermoso objetivo.

Esta idea fue considerada, por muchos una locura pero se pudo realizar por la perseverancia del Padre Valencia al que le bastaron unos cuantos años para levantar el edificio.

El hospital se convirtió en orgullo para Puerto Príncipe por su dedicación e higiene. Pero al morir su fundador, llegaron nuevamente las desgracias y escaseces, apenas podían los enfermos calmar el hambre.

Un buen día, apareció de repente en el cielo un ave desconocida del mismo tamaño y características del aura, pero blanca. Esto provocó gran curiosidad entre los presentes que la cogieron mansamente.

Se hizo una exposición pública del ave, poniendo precio a la entrada y en pocos días se recaudó lo suficiente para subsanar las necesidades urgentes del hospital leprosorio. El “Aura Blanca” fue considerada como un milagro caritativo del fundador que aún después de muerto brindó el sostenimiento a sus acogidos.

En realidad el atraso y la ignorancia en que se vivía, hizo todos creyeran que el ave era algo sobrenatural, cuando en realidad se trataba de un Aura Albina, muy poco común  que sufría de algún tipo de vitíligo.

 

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